EL DIARIO DE ANA: Una familia feliz, por Ana L.C.
Era una mañana de lunes fría y lluviosa. Los lunes son el peor día de la semana para mí, por cuestiones obvias que no voy a analizar, y el agravante de la lluvia no ayudaba nada a mi estado de ánimo. Esperaba a un nuevo cliente, colega de oficio que buscaba el apoyo de otro profesional, a causa de sus implicaciones personales en el asunto que íbamos a tratar. Pero, incluso así, yo seguía sin muchas ganas, la verdad. Sin embargo, cuando se abrió la puerta de mi despacho y lo vi, no pude evitar evocar el tan manoseado pensamiento: “¿Por qué los hombres interesantes o son gays o están casados?...” No me equivocaba… estaba soltero… Tras las presentaciones y demás protocolos, pasamos al asunto. Y éste no era otro que mi cliente quería poner unas demandas contra su padre por maltrato, adulterio y robo… Me quedé atónita, y no por el hecho de las acusaciones, que son bastante normales, tristemente, sino por la naturalidad y falta de pasión con que le iba imputando las acusac