LA LETRA Y LA MÚSICA: Los fantasmas de Serrat, por Ancrugon


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¿Qué poeta no bebe la esencia del mundo que le rodea?... No existe la poesía de la nada, pues la misma nada ya es algo sobre lo que disertar. Pero todo poeta, como ser humano, está lleno de fantasmas o rodeado de ellos… la poesía sólo tiene que extender sus redes y capturarlos para hacer con ellos una materia más del arte.Joan Manuel Serrat, como poeta del pueblo y para el pueblo, retiene en la retina de su creación las imágenes surgidas de sus propias contradicciones, y de las de sus semejantes, e inventa, con ellas, canciones que fluyen en ríos de poemas donde cada acento es una nota y cada rima una intención, muchas veces con sarcasmo e ironía, y otras donde se dice más en los silencios que en las palabras.Para ello, nuestro querido cantautor, debe trabajar de observador recalcitrante y pertinaz hasta dar con el objeto que busca, que no habita ni en mundos paralelos ni en suburbios de la consciencia, sino en lo cotidiano y normal…
Y así, los fantasmas de Serrat aparecen como imágenes grotescas, unas, otras como rayos de luna deseados y algunas incluso siendo páginas de un diario ya agotado, pero todos con la frescura de estar por encima del paso del tiempo, porque los problemas planteados son los de siempre y siempre se repiten.Y si no, baste con un ejemplo, la composición titulada Buenos tiempos que, aunque fechada en 1998, formando parte del álbum Sombras de la China, de 1998, dedicado a la memoria de Tete Montoliú, habla de unos fantasmas que nos son muy familiares en la actualidad: 


BUENOS TIEMPOS (Joan Manuel Serrat)

Corren buenos tiempos,
buenos tiempos para la bandadade los que se amoldan a todocon tal que no les falte de nada.
Tiempos fabulosos,
fabulosos para sacar tajadade desastres consentidosy catástrofes provocadas.
Tiempos como nuncapara la chapuza,
el crimen impuney la caza de brujas.
Corren buenos tiempos,
buenos tiempos para equilibristas,
para prestidigitadoresy para sadomasoquistas.
Y silenciosala mayoría,
aguantando el chaparrónal pie de un cañónde papel maché,
come el pan nuestrode cada díacon un culo asícontra la pared.
Llorando en el marviéndolas venir,
viéndolas pasar,
pasar,
pasar.
Corren buenos tiempos,
buenos tiempos para esos caballeroslocos por salvarnos la vidaa costa de cortarnos el cuello.
Tiempos fabulososfabulosos para plañideras,
charlatanes visionariosy vírgenes milagreras.
Tiempos como nuncapara echarle morroo sacar corajey pedir socorro.
Corren buenos tiempos,
buenos tiempos preferentementepara los de toda la vidapara los mismos de siempre.
Para los mismos de siempre.
Siempre.
Siempre.



Sin embargo, Serrat es recurrente con el mismo contenido, más o menos, porque él es cercano y comprometido a la frustración y el sufrimiento de aquellos que, de una forma u otra, arrastren cadenas por las almenas de la existencia. Porque alma en pena puede ser también aquella cuya inmaterialidad está causada por la indiferencia de quienes se aprovechan de su sangre para poder medrar: los simples ciudadanos… Este tema apareció en su álbum 1978, el cual fue titulado con el año en que fue editado.


CIUDADANO (Joan Manuel Serrat)


Anónimos y desterradosen el ruidoso tumulto callejerocon los vientos en contra va el ciudadano,
los bolsillos temblando y el alma en cueros.
Rotos y desarraigados,
hablando a gritos,
golpeando los adjetivos precipitadamente,
asfixiados en los humos y en las gestiones,
se cruzan y entrecruzan, sordos e indiferentesa salvo en sus caparazones.
A quién le importarántus deudas y tus deudoreso los achaques de tus mayores.
Así reviente el señorde miedo y de soledad.
Con Dios, ciudadano,
ya te apañarás.
Y se amontonan y se hacinanencima, enfrente, abajo, detrás y al lado.
En amargas colmenas los clasifican,
donde tan ignorantes como ignoradoscrecen y se multiplican,
para que siga especulandocon su trabajo, su agua, su aire y su callela gente encantadora... Los comediantesqué poco saben de nada, nada de nadie,
y sonciudadanos importantes.
Hijos predilectos,
científicos admirados,
tiernos poetas galardonados,
intermediarios,
ciempiés,
políticos de salón,
y nueve de cada diez estrellas, lo son.


La ausencia de lo básico está causada, casi siempre, por la avaricia de los que nunca verán su sed ni su hambre saciados… Y Serrat sabe que no hay nadie más pobre que aquel que nunca tiene bastante… Disculpe el señor forma parte del álbum Utopía, fechado en 1992:


DISCULPE EL SEÑOR (Joan Manuel Serrat)


Disculpe el señorsi le interrumpo, pero en el recibidorhay un par de pobres quepreguntan insistentemente por usted.
No piden limosnas, no...
Ni venden alfombras de lana,
tampoco elefantes de ébano.
Son pobres que no tienen nada de nada.
No entendí muy biensin nada que vender o nada que perder,
pero por lo que parecetiene usted alguna cosa que les pertenece.
¿Quiere que les diga que el señor salió...?
¿Que vuelvan mañana, en horas de visita...?
¿O mejor les digo como el señor dice:
"Santa Rita, Rita, Rita,
lo que se da, no se quita...?"
Disculpe el señor,
se nos llenó de pobres el recibidory no paran de llegar,
desde la retaguardia, por tierra y por mar.
Y como el señor dice que salióy tratándose de una urgencia,
me han pedido que les indique yopor dónde se va a la despensa,
y que Dios, se lo pagará.
¿Me da las llaves o los echo? Usted veráque mientras estamos hablandollegan más y más pobres y siguen llegando.
¿Quiere usted que llame a un guardia y que revisesi tienen en regla sus papeles de pobre...?
¿O mejor les digo como el señor dice:
"Bien me quieres, bien te quiero,
no me toques el dinero...?"
Disculpe el señorpero este asunto va de mal en peor.
Vienen a millones ycuriosamente, vienen todos hacia aquí.
Traté de contenerles pero ya ve,
han dado con su paradero.
Estos son los pobres de los que le hablé...
Le dejo con los caballerosy entiéndase usted...
Si no manda otra cosa, me retiraré.
Si me necesita, llame...
Que Dios le inspire o que Dios le ampare,
que esos no se han enteradoque Carlos Marx está muerto y enterrado.


En su lengua vernácula, Serrat nos devuelve de la memoria de los tiempos uno de nuestros fantasmas infantiles, el hombre del saco, aquel pobre trapero que se llevaba todo lo viejo e inservible y cuya miseria era simple motivo de para causarnos pavor. El drapaire fue publicado en el álbum Ara que tinc vint anys, en el año 1966.


EL DRAPAIRE (Joan Manuel Serrat)


Sempre de matífes sol o plogués,
malgrat el fred o la boira,
de carrer en carrer,
sentíem cridar:
«Dones, que arriba el drapaire»Com cada matí,
et vèiem venir...
Duies un sac a l'esquena,
un puro apagat,
un 'trajo' estripat,
la boina i les espardenyes.
Sempre venies seguitper un ramat de canalla.
Eres tota una atracció.
Tu, el teu sac i la cançó...
Sóc el drapaire,
compro ampolles i papers,
compro draps i roba bruta,
paraigües i mobles vells...
Sóc el drapaire,
i els marrecs anaven cantant.
«Ja m'esteu empipant massa.
No us ha dit la vostra mareque jo sóc l'home del sac?»
I així fins la nit,
de carrer en carrer,
i de taverna en taverna.
Amb els teus papersi el cos ple de vitornaràs a casa teva.
I tornes feliç,
car tot ho has comprat:
el peix, el vi i una espelma.
I un bocí d'amor,
que et deu haver datqualsevol donota vella.
Mai no tens temps per a pensar.
A dormir. Bufa l'espelma.
I l'endemà, a voltar el món,
tu, el teu sac i la cançó...
Sóc el drapaire,
compro ampolles i papers,
compro draps i roba bruta,
paraigües i mobles vells...
Sóc el drapaire,
i els nens segueixen cantant.
«Ja m'esteu empipant massa.
No us ha dit la vostra mareque jo soc l'home del sac?»


Seguro que alguna vez se han preguntado al verlos, bien vestidos y bien plantados, sin oficio conocido ni herencia que les mantenga, ¿de qué vivirán estos?... ¿Serán tan etéreos que no necesiten ni alimentarse?... La aristocracia del barrio apareció por primera vez en el larga duración, Para piel de manzana, de 1975.


LA ARISTOCRACIA DEL BARRIO (Joan Manuel Serrat)


Entre el bar y la bolerarondan las acerascontrolando el barrio desde una esquina.
En el índice una alhaja.
El pelo a navaja.
Salpicando betún y brillantina.
Óigales silbar...
Parecen estaresperándole vecinopara jugarun mano a mano a los chinos.
Son la aristocracia del barrio.
Lo mejor de cada casatomando el sol en la plaza.
Tienen a la madre anciana,
virgen a la hermanay en las Ramblas, una que es del asunto.
Un padre que murió un díay la filosofíadel tapete, el compañero y el punto.
Mírenlo burlar... (Míralo jugar...)
Sin pestañear...
Nació chulo y sin remedio.
Pide con seisy se planta en dos y medio.
Son la aristocracia del barrio.
Tahúres, supersticiosos,
charlatanes y orgullosos.
Traficando en transistores,
en encendedores,
en cosméticos y en bisuteríahasta que el cante de un socioles cierre el negociocomo poco por seis meses y un día.
Igual que se vanreapareceránhechos un figurín, perocon el color y el perfume del talego.
Son la aristocracia del barrio.
Tránsfugas independientesmejorando a los presentes.
Si les sigue usted los pasosverá más de un casoen la puerta de un Juzgado de Guardia,
que por la hembra y el retacodeja hasta el tabacoy hurga en las demandas de La Vanguardia.
Envejeceránhorneando pan.
Cada cual muere a su modo.
Qué se va a hacersi ha de haber gente pa' todo.
Y la aristocracia del barriosentimentales y buenosen el bar, le echan de menos.


Con Los fantasmas del Roxy, Joan Manuel atrapa la nostalgia de aquello que nos hizo feliz y fue sacrificado en el altar del “progreso” en honor del “dios del beneficio”… Es una grabación de 1987 y apareció en el álbum Bienaventurados.



LOS FANTASMAS DEL ROXY (Joan Manuel Serrat)


Sepan aquellos que no estén al corriente,
que el Roxy, del que estoy hablando, fueun cine de reestreno preferenteque iluminaba la Plaza Lesseps.
Echaban NO-DO y dos películas de ésasque tú detestas y me chiflan a mí,
llenas de amores imposibles ypasiones desatadas y violentas.
Villanos en cinemascope.
Hermosas damas y altivoscaballeros del Surtomaban té en el Roxycuando apagaban la luz.
Era un típico local de medio pelocomo el Excelsior, como el Maryland,
al que a mi gusto le faltaba el gallinero,
con bancos de madera, oliendo a zotal.
No tuvo nunca el sabor del Selectoni la categoría del Kursaal,
pero allí fue donde a Lauren BacallHumphrey Bogart le juró amor eternomirándose en sus ojos claros.
Y el patio de butacasaplaudió con frenesíen la penumbra del Roxy,
cuando ella dijo que sí.
Yo fui uno de los que lloraroncuando anunciaron su demolición,
con un cartel de: "Nuñez y Navarro,
próximamente en este salón".En medio de una roja polvaredael Roxy dio su última función,
y malherido como King-Kongse desplomó la fachada en la acera.
Y en su lugar han instaladola agencia número 33del Banco Central.
Sobre las ruinas del Roxyjuega al palé el capital.
Pero de un tiempo acá, en el banco, ocurren cosasa las que nadie encuentra explicación.
Un vigilante nocturno aseguraque un trasatlántico atravesó el hally en cubierta Fred Astaire y Ginger Rogersse marcaban "el continental".Atravesó la puerta de cristaly se perdió en dirección a Fontana.
Y como pólvora encendidapor Gracia y por La Saludestá corriendo la vozque los fantasmas del Roxyson algo más que un rumor.
Cuentan que al ver a Clark Gable en personaen la cola de la ventanilla doscon su sonrisa ladeada y socarrona,
una cajera se desparramó.
Y que un oficial de primera, interino,
sorprendió al mismísimo Glenn Ford,
en el despacho del interventor,
abofeteando a una rubia platino.
Así que no se espante, amigo,
si esperando el autobúsle pide fuego George Raft.
Son los fantasmas del Roxyque no descansan en paz.



Con Los macarras de la moral, sólo podemos decir aquello de “… quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra…” Esta canción forma parte de la colección aparecida con el nombre de Sombras de la China, que ya hemos comentado anteriormente.



LOS MACARRAS DE LA MORAL (Joan Manuel Serrat)


Sin prisa pero sin pausa,
como el "calabobos",desde la más tierna infanciapreparan el cebo:
"Si no te comes la sopate llevará el coco..."
"Los tocamientos impuroste dejarán ciego...".
Y te acosan de por vidaazuzando el miedo,
pescando en el río turbiodel pecado y la virtud,
vendiendo gato por liebrea costa de un credoque fabrica platos rotosque acabas pagando tú.
Son la salsade la farsa.
El meollo,
del mal rollo.
La mechade la sospecha.
La llamade la jindama.
Son el almade la alarma,
del receloy del canguelo.
Los chulaposdel gazapo.
Los macarrasde la moral.
Anunciando apocalipsisvan de salvadoresy si les dejas te pierdesinfaliblemente.
Manipulan nuestros sueñosy nuestros temores,
sabedores de que el miedonunca es inocente.
Hay que seguirlas a ciegasy serles devoto.
Creerles a pies juntillasy darles la razónque: "El que no se quede quietono sale en la foto..."
"Quien se sale del rebaño,
destierro y excomunión".Sin prisa pero sin pausa,
esos carcamalesorganizan sus cruzadascontra el hombre libremás o menos responsablede todos los malesporque piensan por su cuenta.
Sueñan y lo dicen.
Si no fueran tan temiblesnos darían risa.
Si no fueran tan dañinosnos darían lástima.
Porque como los fantasmas,
sin pausa y sin prisa,
no son nada si les quitas
la sábana.


 Y para concluir, Serrat nos trae de la mano a ese personajillo, de abundancia semejante a los insectos, que nunca pondrá en duda sus bondades… la culpa siempre es de los demás. Canción perteneciente a Cada loco con su tema, disco editado en 1983.


YO ME MANEJO BIEN CON TODO EL MUNDO (Joan Manuel Serrat)

Yo me manejo bien con todo el mundo,
en eso mi padre puede estar tranquilo:
él me ha dejado en vida sus ahorrosy yo corro con los gastos del asilo.
Con mi mujer, cuando nos vemos, nuncatenemos el más mínimo conflicto:
ella se ocupa de alimentarme los niñosy yo le paso un tanto al mes por los servicios.
No sé a qué viene, portera, que vaya usted por ahícontando esas groserías de mí,
que al jefe siempre estoy listo a servirlo,
lo que me dice coincide con lo que pienso,
le tapo sus chapuzas, le presto mi pisoy él me recomienda para un ascenso.
A los subordinados sé tratarloscon mano izquierda, les llamo camaradas,
ellos pregonan que soy muy campechanoy a cambio no me piden nunca nada.
No me cabe en la cabeza lo que llegan a escribiren las paredes del retrete de mí,
que me llevo bien con las autoridades,
jamás les llamo con nombres soeces,
yo les consiento sus barbaridadesy ellos se cuidan de mis intereses.
En las cuestiones espirituales,
con las sotanas me entiendo de perlas,
yo les financio sus bienes temporalesy ellos tramitan mi salvación eterna.
No sé cómo hay quien se atreve en esta comunidada poner en duda mi moralidad.

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