EL ARPA DORMIDA: Haikus de otoño, por Ancrugon
El haiku consiste en un poema breve de tres
versos. El ritmo de los mismo se dividía en moras, teniendo en cuenta la
distinción entre sílabas breves y largas, pero en castellano, ya que esa
distinción no existe, lo computamos mediante sílabas, así los tres versos serán
de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente. Aunque no siempre los poetas
cumplen con estas reglas tradicionales y se permiten diversas licencias a la
hora de escribirlos. Otro caso diferente es el de las traducciones, pues es
raro que coincidan los periodos fonéticos entre dos lenguas diferentes.
Este breve poema nos ha llegado de la tradición
japonesa donde el arte de la brevedad alcanzó cotas sublimes. Sus contenidos
pueden ser de lo más variado, aunque normalmente suelen estar relacionados con
la naturaleza.
El hecho de que sean composiciones bastante pequeñas
no está reñido con la riqueza de su contenido y mucho menos con su profundidad
en los temas que traten, pues gracias a esa misma concisión se ejercita la
capacidad de condensación y todas las palabras empleadas deben tener un sentido
completo.
Escribir haikus es un ejercicio muy recomendable para
toda persona con inquietudes poéticas, pues ayuda a desarrollar la capacidad de
síntesis y a saber elegir las palabras que realmente sean necesarias.
Los haikus que hoy os presentamos tienen en común el
tema del mes: otoño.
Francisco Dieguez
las hojas bailan
siempre que haya viento
sino, esperan
el caminante
entre espigas en flor
corta camino
el árbol crece
amontonando al pie
hojas caducas
alejándose
acompaña al viento
la hoja seca
rasgan las hojas
con su suave caída
el aire quieto
las hojas secas
reciben el otoño
con remolinos
http://dokushovillalba.blogspot.com/
Impresionado por el bosque
amarillo ha llegado
el otoño.
¿Un ratón en patio?
¡Una hoja empujada
por el viento!
Primeras lluvias de otoño.
Se inclina el junco,
mecido por el viento.
Lluvia de otoño.
cuerpos calientes.
La lluvia quiebra
en mil círculos
el espejo del lago.
Terminada la tarea
el sol y los jornaleros
regresan a sus casas.
Hojas en llamas
rojas y amarillas
esta tarde de otoño.
Sin golondrinas,
la casa vacía.
Otoño.
Mis hojas secas,
las nubes del otoño,
cubren el suelo.
Brazos desnudos
suplicando clemencia,
lluvia de hojas.
Otoño pinta
colores de verano
en frío cielo.
Charcos, espejos,
el cielo repetido
sobre la tierra.
Hoja, pájaro,
alas hechas de viento,
su fin el nido.
Cuando tú lloras,
otoño en mi pecho:
mi sol tus ojos.
Herme G. Donis
http://annastassis.lacoctelera.net
Sin hacer nada,
tirano, el tiempo crece.
Llega el otoño.
Hojas caídas,
compañeras del aire
para sus juegos.
Otoño en grises:
vegetal impudicia
tras la espesura.
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Bashô
En una rama seca
El cuervo posado
Noche de otoño
Kare eda ni
karasu no tomarikeri
Aki no kure
Issa
Viento de otoño
Quiere coger
Las flores rojas
Akikaze ya
Mushiritagarishi
Akai kana
Luz del Olmo
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En el otoño
las hojas amarilla
se difuminan.
Cierran sus párpados
las hojas del otoño.
¡Quieren dormir!
Tarde ambarina:
olmos, chopos, álamos.
Fuego de hojas.
Alejandro Guillén
ResponderEliminarvoy.vengo.
leo.escribo.
olvido.